domingo, 25 de octubre de 2009

"L'Amour, toujours l'Amour!" -


¡Qué ganas de joder!.
Todos parloteamos, filosofamos, desgranamos aparentemente sesudas definiciones, discutimos, sufrimos,intentamos, nos fingimos generosos, comprensivos, ¡qué ganas de joder!.
Tengo uno por allí, que siempre se las dá de superado, de libre, de amplísimo en su forma de aceptar al mundo y lo que este le ofrece, tan pagado de la imagen que tiene de si mismo, de individuo criterioso, inteligente, y harto coherente... que intenta disfrazar, tras una máscara de "no se pueden establecer parámetros", todo su egoísmo, falta de entrega, sujeción a la conveniencia, e incapacidad de maduración.
Otra por allá que , anudada a su papel de eterna víctima, cada tanto cae en pozos depresivos por los desamores que ella misma se acarrea...
Otro más acá, que pretende, en lugar de buscar su par, que quien aparezca acepte sin peros su propuesta, sin pararse él a pensar si esta conviene al otro, o sólo a sí mismo, y luego tira acusaciones y descréditos sobre el blanco elegido.
En aquel rincón oscuro, le hice lugar a los manipuladores.
A mis espaldas oigo respirar a los melindrosos y a los cobardes.
¿Y qué les diré de mí, que soy el peor de todos?.
¡Qué ganas de joder!.
Mi amiga Susana, dice que:un matrimonio feliz es de tres".
Y ya comienzo a creerlo sin excepciones.
¡Qué ganas de complicarse la Vida, y de complicársela a los demás!.
Aceptemos de una vez por todas nuestra incapacidad de amar y, quizás, ese sea el primer paso para comenzar a hacerlo.
Reconozcamos nuestra inmadurez afectiva y de la otra y, seguramente, crezcamos como Seres Humanos completos.
Lo querramos o no, ya no nos queda más tiempo y, aún así, no cejamos en nuestro intento de buscar el pelo en la bola de billar.
Estoy cansado de oír pontificar, ¡y de oír a quiénes!, pontificar, decía, sobre el Amor Absoluto y Universal... ¡estoy harto!.
¿Qué me hablan de Amor Absoluto y Universal, cuando no sabemos ni siquiera amarnos a nosotros mismos?.
Cuidado, que amarnos a nosotros mismos no es mirarnos al espejo y decir: ¡qué lindos que somos!, ¡cuántas virtudes y valores y talentos tengo!.
¡No!, es aprender todos los días a crecer, a vencer al egoísmo nuestro de cada segundo,a la indiferencia, el facilismo, la impavidez, los sueños, la eterna tendencia a vivir en un mundo de ilusión, que a una manzana no le alcanza con serlo para que alguien la elija del cajón, de entre otras, y la lleve a su boca.
Entonces...¿por qué creemos que merecemos amor, atención, tolerancia, disculpas?...¿ por el sólo hecho de haber nacido, y querer que nos amen?.
¡Despertemos!.
¡Pongámonos las pilas!...¡y dejémonos de joder!.


Publicado el Martes 27 de Octubre de 2009
Corregido por R.Méndez