domingo, 31 de enero de 2010

"El Narciso Inverso"-



".....
the winner takes it all,
the looser standing small
beside the victory
That's his destiny.
....."
Benny y Björn(ABBA)
(fragmento de "The winner takes it all")


Pocas satisfacciones en la vida son comparables a la que se siente cuando alguien, en proceso de "despertar"", hace catarsis frente a nosotros.
Momento de satisfacción, y de profunda responsabilidad.
Cualquier gesto, cualquier palabra, mirada, puede sofocar la erupción del volcán o, peor, puede llegar a ser decodificado como una invitación a la dependencia o a la manipulación emocional.
Cierta vez charlábamos con mi Amigo Wilson, sobre el peso determinante que, la Autoestima, tiene en el accionar y el futuro de las personas.
Me gusta y me sirve charlar con Wilson.
Lo conozco, y él me conoce.
Pensamos semejante ... y actuamos diferente.
Él es absolutamente diplomático ... y yo, aunque pragmático y frío, absolutamente inesperado en mis reacciones.
La cuestión es el cúmulo de "descuentos" (concepto gestáltico), que todos hemos sufrido y que, a veces, cargamos, penamos, y nos jaquean por el resto de nuestras vidas.
Para hacerla corta, si yo mismo no siento que merezco de lo bueno, o de lo malo, aunque me lo regalen a manos llenas, no lo veré, no lo tendré.
Estábamos mirando con Robert, un programa de la televisión cable argentina.
En él se hacía una reseña de la vida, trayectoria, logros e ilusiones de un famoso actor argentino de iniciales J.C.C., con el protagonista contando su experiencia y evolución.
Terminó el programa quebrándose y confesando entre lágrimas que: "todo lo hice para tener el cariño de la gente y de mi familia".
Nada novedoso, todos los que hemos tenido actividad artística, eso es lo que buscábamos.
Mi único comentario fue:
- "¡Qué necesidad de cariño tiene este Hombre!".
Nadie puede negar que él lo poseyó, posee, y poseerá ... salvo él mismo.
Y, lamentablemente, lo mismo nos pasa a muchísimos de nosotros.
Ya no me duele más, porque bueno, un día dije "¡BASTA!", el ver a seres por mí queridos, coartados por la baja autoestima.
Quizás yo fuese, antes, mejor persona, pues ahora me limito a decir: "sí, comprendo", sonreír afable ... y seguir de largo en mi camino.
Es que lamentablemente comprendí que, por más que uno martillée intentando "despertar" al otro, si el otro no lo desea, es totalmente en vano.
Por eso no doy recetas mágicas para la Autoaceptación, que seguramente me rendirían un éxito en las librerías, sólo miremos todo lo que se ha editado, los millones que esos autores tan renombrados han embolsado, y el efecto que sus escritos han tenido para la humanidad: ¡nulo!.
Sólo sé que es necesario el "Taurus", que no el "Torus".
Es imprescindible pararnos desnudos ante el espejo, con luz despiadada, y vernos tal cual somos.
He aprendido que ni los fisiculturistas, que tengo varios en mi inventario, están a salvo de encontrarse defectos.
Entonces ... ¿por qué avergonzarnos de nosotros mismos?.
Y no me refiero sólo a lo físico, avergonzarnos de todo lo que somos y no aceptamos.
Fíjense en un detalle, sólo en este detalle: estoy seguro que a todos nos ha sucedido que, estando sentados a la mesa de un restaurante, oímos que desde una mesa vecina, una voz femenina se alza y dice:
- "¡Yo no debería pedir nada ... estoy tan gorda ... tengo que adelgazar unos cuantos kilos ... pero me cuesta tanto ...blá blá blá!".
Si al escuchar este comentario de cuarta categoría miramos, con discreción a quien lo profiere, notaremos que sí es gorda, y que además, mira de soslayo hacia las otras mesas para ver si han, todos, escuchado sus excusas, y le arruina la comida a sus amigos, que se dedican a consolarla, mientras ella deglute, culposa, un plato de carbohidratos bañados en una salsa llena de grasa.
Gorditas ... gorditos ...¡déjense de joder, no digan nada, y ordenen una ensalada verde con aceite de oliva y jugo de limón ... y con poca sal!.
¡Ah, y no se coman todo el pan y galletas que hay en la panera, que es para todos!.
El abuso sicológico, la violencia emocional, ejercidos sobre la niñez en pleno proceso de desarrollo de la autoafirmación, y del relacionamiento con uno mismo y con los otros, acarrean estos indeseables estigmas por todo lo largo de la Vida ... ¡y cuánto mal hacen!.
Los niños, tal cual esponjas, absorben todo lo que decimos, expresamos, así sea elípticamente dicho, y creamos que ellos no entienden lo que decimos.
Asimilan como propias, aunque sólo sean fruto de nuestras frustraciones, enojos, rencores, todos los insultos, descuentos, características, que les endilguemos, creen, y se convencen, de que esa es su realidad, y así funcionan.
Pocos, muy pocos, llegan a cuestionar, años más adelante, la veracidad de las afirmaciones de sus referentes.
Aún así, pocos de los que cuestionan, se atreven a indagar su verdadero "Yo" y capacidades, talentos o falencias.
Menos, aún, los que luego de indagar, trabajan en la reconstrucción de sus Vidas, en el cambio tan necesario de parámetros, opciones, relaciones, en fin ... de referentes.
Y es lógico, es comprensible ... aunque no aceptable.
Y permanecen como la foto de aquella ardilla en el póster, metida bajo un montón de cáscaras de nueces, y diciéndose qué hacía alli, cuando el árbol estaba lleno de fruta.
¡Qué bueno es quererse a sí mismo!.
No hay por qué avergonzarse de reconocerlo, ni hay que sentirse culpable o egoísta por ello.
¿Saben?, creo que el egoísta es aquel que por su baja autoestima, nos priva a todos el disfrute, la felicidad y el contento que nos podría brindar.
No sería lógico confundir al ególatra, con alguien con alta autoestima.
Justamente la egolatría, es el impulso más primario, la reacción más primitiva y menos elaborada, a la baja concepción, mirada, de sí mismo y es, como mecanismo de defensa, el más pernicioso posible, pues intenta tapar al sol con una moneda, oculta sin lograrlo, genera frustración, rencor, más dolor y sinsabor.
Sí, sé que es un arduo trabajo el salir de la oscuridad, y comenzar a caminar por la vereda de la luz, lo sé.
Y también sé que no hay empresa más dura, que la que se deja para comenzar mañana, porque mañana no seremos los de hoy, en el caso de que lleguemos, y si llegamos, estaremos más desanimados, más cansados, más oscuros.
¡Arriba, gente, que la Vida es hermosa, y Ustedes también lo son!



Publicado el día miércoles 17 de Febrero 2010
Corregido por R. Méndez

jueves, 28 de enero de 2010

"Daniel Sanz Tucce"- El juego de las Lágrimas


Se mira en el espejo, enjuga una lágrima, y se repite una vez más:
- "Yo soy lo que quiera ser, un día Profeta, otro ladrón, otro músico, prostituta, mujer enamorada, diosa, Reina, o Presidente de la Nación.
Puedo hacerle creer a cualquiera, lo que yo quiero que crea.
Siempre hago la mía, y siempre me guío por mi intuición, por el Corazón de Dios, por Su Amor, porque Él es el único que me ama".
Observa con detenimiento la imagen que el cristal le devuelve.
Admira su belleza, y siente que debe compartir con el mundo, el mensaje de Amor que había recibido del Eterno.
Vistió sus ropajes orientales, cubrió su cabeza con un manto bellísimo, y posa para que la cámara registre para siempre su magnificencia y seducción.
Sí, las Fuerzas Espirituales le habían elegido para enseñar al Mundo el Amor Incondicional, pero le daría el mensaje de una manera críptica, sin palabras, sólo con su imagen, ya que con eso era más que suficiente para la gente.
Cambia sus vestiduras.
Es la Santísima Virgen María.
Eleva su mirada a los Cielos, hace con la mano un gesto de bendición piadosa ... y la cámara dispara.
Ahora es una Monja completa, medio oculta tras su hábito, mas lanzando al mundo una mirada entre seductora, provocadora, y enigmática.
Ve nacer en la palma de su mano derecha la Gloria del Altísimo ... nuevamente la cámara dispara.
No importa si no enfocó bien ... ¿para qué si no el photoshop?.
Esta vez es la Reina del harém.
Los mil flecos de seda de un vaporoso velo caen sobre su frente.
La morbidez, suavidad e iridiscencia de la tela le otorgan una sensualidad que corta la respiración ... y una vez más: la cámara.
- "¡Daniel!".
¿Y ese grito?, ¿quién andará por allí?, ¿será que entró alguien?.
- "¡Daniel!".
No puede reaccionar.
Siente que comienza a marearse.
Le gana una gran ansiedad.
Su mirada, rápidamente salta de un rincón a otro de aquella habitación semi en penumbras cuando, de pronto, ve una imagen en el espejo ...
- "¡Daniel!".
El espejo muestra a un hombre de unos treinta años, de tez cobriza y cejas espesas, envuelto en una serie de toallas ordinarias, y los raídos flecos de una de ellas, cubren su frente.
- "¡Daniel!".
Apoya en la repisa que está sobre la pileta, el celular con el que, empuñándolo en su mano derecha, se retrataba, y responde:
- "¡Ya voy, Señora Directora!, estoy terminando de limpiar el baño de las Maestras, ¡no sabe la mugre que era!".
- "¡Dale, m'hijo, apurate!, te quedan tres aulas por limpiar, y ya es hora de cerrar la Escuela".
- "¡Sí, Señora Directora(vieja de mierda), ya voy!".
Ríe para sí mismo.
- "Soy realmente superior a todos estos imbéciles, mucho más inteligente", "los tengo convencidos de que sólo soy el tipo que contrataron para hacer la limpieza, y ni imaginan que soy el Elegido, el Profeta, el Mesías, el que llevará con su música de cumbia, el Mensaje del Amor Universal, y el que les enseñará a vivir en Felicidad ... ¡ignorantes!", se dijo mientras retuerce el gastado y pringoso trapo de piso.
Echa una mirada al baño aquel, que aún luce desprolijo y piensa:
- "Ya está bien, total, si las Maestras son unas mugrientas".
Se mira por última vez al espejo del estrecho botiquín, y este refleja su verdadera imagen: un hombre bellísimo, rubio, vestido con una túnica blanca e impoluta, con un halo de luz que rodeaba todo su cuerpo, mientras un haz de Luz celestial le baña desde los Cielos.
- "¡Terminé señora Directora, quedó limpito, a ver si lo cuidan y no dejan mas esos algodones con sangre tirados en el piso!".
Se encamina al salón 3, pensando qué maravillosa su intuición, que lo salvó tantas veces de caer en manos de hombres que hubieran hecho de su vida un infierno.
El Director de una Televisora de la Argentina, el Presidente de aquella multinacional , dos o tres sicólogos ... personas deleznables, que no soportaron la superioridad que Dios le había otorgado, e insistía en decir que el necesitaba conectarse con la realidad ... ¡idiotas!.
Abre la puerta del salón, y al mismo entra el Idolo de la juventud, escucha sus aplausos y le ciegan los flashes de mil paparazzi.
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La última vez que tuve noticias de él, jugaba el rol de un Poeta al estilo "el joven Werther", para alguien que se describe a sí mismo como fanático de una determinada tendencia ideológica y que, en una actitud que no comprendo, escapó de su país natal, y vino al mío para trabajar como mediocre cocinero pero, eso, es otra historia.
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Publicado el día Sábado 06 de Febrero 2010
Corregido por R.Méndez

domingo, 17 de enero de 2010

"MOMENTOS"


"...........
La Vida se hace siempre de momentos,
de cosas que no sueles valorar.
Y luego cuando pierdes,
cuando al fin te has dado cuenta,
el Tiempo no te deja regresar.
.........."

Julio Iglesias
(fragmento de "Momentos").-

No sé ... siento algo diferente en mí.
Hoy no es ningún día especial.
Es uno más de los de este verano uruguayo que no se decide ni por serlo, o transformarse en un crudo invierno.
Después de todo, haga o no haga calor, igual tengo que ir al supermercado.
Se me ocurre, pero no digo nada por si cambio de idea, luego al volver, pasar un rato por el Valerio.
El "Valerio" es un bar tradicional de esta zona de Montevideo, Pocitos, donde acostumbraba a ir algunas noches, muchos años atrás, con amigos.
Te sirven desde un simple café, hasta la más completa de las comidas ... y todo delicioso.
Era lindo y distinto ir al Valerio ... ¿cómo estará ahora?.
En la Tienda Inglesa, desde ajo a juegos de toallas, compré de todo y, luego del obligado paso por la caja, miro a Ro:
- "¡Ché, con todas estas bolsas ... ¿te parece ir al Valerio?".
Aquel, en una actitud muy suya, se encogió de hombros y respondió:
- "Y ... ¡sí!".
Es la una de la tarde, y enfilamos hacia allá.
El día está precioso: un sol que no molesta, templado, y una suave brisa mueve la copa de los Paraísos de la calle José Ellauri.
El boliche sigue como antes, la misma atmósfera, aunque remozado y renovado, sigue cómodo, confortable y con ese dejo de natural clase.
Repleto, por suerte encontramos lugar en la terraza que da sobre Avenida Brasil.
Observo la concurrencia.
La mezcla habitual de vecinos de la zona, gente mayor, gente muy joven, gente adulta.
El sol escasamente se filtra a través de las hojas de los centenarios Plátanos de la avenida, me relajo, y me dedico a disfrutar.
El murmullo de las conversaciones en las mesas vecinas; las respuestas del Mozo a las mil diferentes preguntas sobre el menú; el ruido de los motores de los autos, que me suenan a ronroneos ... todo ello me provoca placer.
Busco en mi interior, seré sincero, algún dejo de nostalgia por el tiempo ya pasado, y no lo encuentro.
Lo que fue, ya fue.
Y lo que fue, cuando fue, fue bueno ... muy bueno diría yo viéndolo a la distancia.
Claro, uno entonces no lo sabía.
En los setentas y ochentas, mis afanes eran diferentes.
La "movida", al menos aquella en la que yo participaba, se dividía entre el Centro, con sus Bares y Teatros, y Carrasco, con las Discotecas.
Este Bar está a medio camino entre los dos puntos mencionados, y era nuestro exclusivo "after hour", incluso para tomar un desayuno.
Claro, uno se sentaba a sus mesas con los amigos, y la charla era sobre lo vivido esa noche, las decepciones o enamoros, las miradas intencionadas con algún parroquiano, con alguien en un auto, con gente que caminaba por la calle, viendo la posibilidad de un último "levante", y ni la cabeza ni el corazón se dedicaban a "sentir" lo que en ese momento la Vida nos estaba ofreciendo.
Y tal actitud tenía lógica y coherencia.
En este contínuo y eterno aprendizaje que son cada una de las vidas que tenemos en nuestra Existencia, no llegamos a saborear el postre, si antes no degustamos el primer plato.
Encima de ello, no fuimos ni educados, ni enseñados, ni acostumbrados, para gozar del Aquí y Ahora, dejando atrás el momento pasado, por bueno, o malo, que este hubiese sido.
En este instante, a la mesa del Valerio, me viene a la memoria "Tarde em Itapoa", versos de Vinícius y música de Jobim.
Aquellos que acompañado por Benji en la guitarra, canté en el Union Square Park hace ya unos años: "... e con o olhar esqueçido, no encontro de céu e mar, bem devagar ir sentindo, a Terra toda rolar ...".
Vinicius sábio, saravá!.
Una noche, a finales de los setentas, estaba yo en el salón de la casa de unos amigos.
De pronto, y sin anunciarse, entra y se dirige hacia mí, que a la sazón estaba solo en la habitación, un personaje que me inquietó por su actitud.
No parecía ser alguien agresivo, pero no se condecía con aquel ambiente.
Se me acercó con la mirada y el porte de quien acostumbra a pedir dinero en la calle.
Cuando yo ya iba a reaccionar, escucho a mis espaldas la voz de mi anfitrión:
- "¡Hola Mateo!, Jorge, te presento a Mateo".
- "¿Qué tal?", dije aún sin salir de mi asombro.
Mateo ... el legendario, el mítico, el genial músico y creador oriental, en fin ...¿este es Mateo?.
Habló alguna cosa con mi amigo, este le dió un dinero, se despidió, y no lo vimos más.
- "Sí, Jorge, así son las cosas ... y se necesita ser muy fuerte para vivir "al día" como lo hace el".
Alguna sinapsis trasnochada en mi cerebro, fue la causante de que, por muchísimo tiempo, asimilara la idea de "vivir al día", con la del "Aquí y Ahora".
Sólo después de mucha lucha entre los dos conceptos, de desterrarlos y readoptarlos, después de muchísimos cascotazos, logré ver con claridad, y llegó la Paz a mi entendimiento, y el Goce a mi Vida.
Fue cuando analicé que "vivir al día", significa vivir sin haber aprovechado en absoluto las lecciones que nos dio la Vida.
Que fueron tirados a la basura los acontecimientos de cualquier índole que nos tocó en suerte atravesar.
Que es la irresponsabilidad total en cuanto a nosotros mismos, es el no pensar, el no "honrar" el supremo don de estar vivos.
Entonces, el "Aquí y Ahora" apareció resplandesciente en su Verdad.
Brillaba ante mí la magnífica revelación: "el Aquí y Ahora es intemporal, es el instante eterno, integrado por los conocimientos extraídos de las experiencias vividas, y la deliciosa conciencia de la continuidad de la Vida".
Es el eterno presente ... la Cuarta Dimensión ... es el "despertar".
Es el conocer quién soy, porque sé quién fui y, también sé que si mi Tiempo continúa, seguiré en él, sumando al que seré, el que hoy soy.
(espero haberlo expresado medianamente claro).
Y nadie, salvo algún mediocre, o un cobarde, podrá sostener que para adoptar este estilo de entender la Vida, es menester estar más allá de la problemática del día a día.
Yo no lo estoy.
Creo que nadie en este mundo, vive sin contrariedades, dolores, complicaciones, disgustos, etc,etc,etc.
Sólo que algunos hemos comprendido que ya es más que suficiente con todo eso, como para sumarle la necedad de negarnos a los posibles y pequeños goces, disfrutes, que la realidad circundante nos regala y propone.
El sol se ha movido entre los árboles, y un demasiado cálido rayo me acaricia la piel del antebrazo.
Ya es hora de marchar.
Tomamos por Berro entre bromas y risas.
¡Qué me importan las vallas que crucen en mi camino!.
¿Qué nos podrán quitar los distintos avatares del mundo?.
Al igual que los dos protagonistas de "Casablanca":
- "Nosotros siempre tendremos París".




Publicado el día Martes 26 de Enero 2010
Nota Gráfica y corrección: R.Méndez

domingo, 10 de enero de 2010

"CANDOMBLÊ - Mis Experiencias Espirituales" - Segunda Parte


Antes de más nada, déjenme comentarles que, para estas Religiones, este año 2010, es regido por el Orixá femenino Iemanjá, Odô Fiabá Iemanjá!, a quien conocen por mil nombres de cariño, entre ellos: dona Janaína, a Seréia, etc.
Será un año de muchísimos cambios, separaciones, transformaciones, abundancia en lo bueno ... y en lo que consideramos "no tan bueno", hora de terminar con todos los pesos que venimos arrastrando desde hace tanto tiempo, en fin, hora de aceptar cambios ... o sucumbir.
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Estando ya afincado en el Brasil, cierto día, de manera totalmente inesperada, en la calle se me acerca un muchacho de mi misma edad, y me dá un mensaje:
- "Ôi! o pae Elton disse ia ficar muito honrado se você aceitasse o convite pro aniversário dele".
- "Obrigado, viú?, mas eu nao conheço esse Pae de Santo, onde é que ele mora?".
- "Ele já tem visto você pela cidade, achouo muito legal e o admira muito. Ele mora na Sete com Canavarro, perto dos trilhos".
Consulté a mis amigos en la ciudad sobre datos de esta persona.
Me aseguraron que no había ningún tipo de peligro y, dado que yo estaba tan integrado a todo lo brasileño, que esta sería una buena experiencia.
En realidad ya hacía días que me había entrado una especie de curiosidad por todas esas cosas incluso, con una amiga maravillosa, Mariela, ¡lo que no habremos hecho juntos!, habíamos estado en una sesión de un grupo kardecista, de la que no saqué nada en limpio, ni me causó otra impresión que un grupo de gente que hacía lo que hacía, sin saber, con propiedad, qué era lo que hacía.
Fuí al cumpleaños aquel.
En la casa de Elton me recibieron con toda cordialidad y deferencia.
Noté que a lo largo de la reunión, seríamos unas veinticinco personas, no me quitaba los ojos de encima, sonriendo permanentemente.
- "Si buscás fama conmigo vas muerto", pensé mientras le sostenía la mirada y le devolvía la sonrisa.
Al despedirme:
- "Jorge, volte quando quizer, mas que seja pronto!".
Sí, no había ninguna razón de peso para no volver.
El trato había sido impecable, la conversación fluída, me gustó la gente que conocí ... sí, seguro iba a volver.
- "Se poder, que seja amanha à tardinha".
- "Pois nao, obrigado".
- "Obrigado nao, Jorge, pra mim é um prazer ...".
Al salir, mis amigos me tomaban el pelo por el juego de palabras e intenciones del Fulano.
Me tienen sin cuidado cuales sean, siempre la cancha y las reglas del juego, la delimito y establezco yo.
La visita no estuvo tan mal, charlamos mucho, muchísimo.
Según me comentó, si bien sabía que yo no era ni me gustaban ciertas cosas de su Religión, sus Santos le ordenaban que me trapasara todo el Conocimiento, tal cual yo fuese un Hijo de Santo.
Nunca yo había escuchado algo así pero, no sería la única vez.
Claro, en ese ambiente nuevo para mí, los conocimientos comenzaron a despertar cosas que, si bien el que consideré mi Maestro en el Zen, Enrique K., ya me había descubierto que yo poseía, nunca les dí importancia ni los valoré.
A partir de ese momento mi intuición, mi percepción extrasensorial, mi videncia, aparecieron a flor de piel, se manifestarion cada vez con mayor fuerza.
Un día el Pae les dice a sus Hijos de Santo:
- "Miren cómo baila alrededor de Jorge, la Oxún de él!"
Los Hijos me echaron miradas furibundas, pero asintieron.
Hasta allí yo estaba dispuesto a aceptar ese Orixá.
Los kardecistas me habían dicho que mi Entidad era San Jorge, y no me resonó.
Esta vez tampoco resonó, pero como mi Ego es enorme, creí que era debido a él y, después de todo, el color amarillo siempre me atrajo, toda la vida tuve alguna ropa de ese color, cuando compré una muñeca vestida de bahiana, de todos los colores había elegido a la de amarillo, no usaba otro metal que oro, a mas de otras cosas relacionadas con la seducción, el endulzamiento, el saber "tejer" excelentes "telarañas", en fin, que las características de la Mae Oxúm iban a la perfección conmigo ... pero ...
Esa noche dormí plácidamente.
A la mañana, justo antes de salir de la cama, siento que estoy paralizado del cuello a los pies.
Quería, y no me podía mover.
En medio de esa situación comienzo a tener una visión.
Ví una mujer joven, seductora, de piel canela, vestida con el ropaje del Candomblê, que se acercaba a mí, sonriendo y contoneándose al son de un baile que no pude identificar.
La admiré con simpatía y entregado.
Su rostro, de hermosísimas facciones era el de una sambista de la cual me había enamorado en mi primer viaje a Salvador.
Hablé con ella.
- "Si eres tú, y quieres mi cuerpo, aquí estoy, soy tuyo ".
Sorpresa mayúscula cuando me respondió:
- "No eres mío, le perteneces a Él".
Muchos años después esta escena se repetiría en distintas condiciones, y con dos distintos personajes.
¿Mismas energías con diferentes nombres? (ver "Catolicismo: mis experiencias espirituales").
Volviendo al tema, a los pies de mi cama había otra figura.
Era un hombre alto, vestido de plateado, blanco, y negro.
En la cabeza llevaba un yelmo con crines blancas, y las manos cubiertas por guantes plateados.
Me acerqué y abrí la capa ... estaba vacía, y cuando miré dentro del yelmo ... no había nada.
El susto fue espeluznante, tan fuerte que me devolvió a la realidad de mi parálisis matutina y, con lo que sentí un esfuerzo sobrehumano, demoré como ... no sé, pero para mí una eternidad, en cruzar una pierna sobre la otra.
Recuperé el dominio de mi cuerpo pero, en vez de saltar de la cama, vestirme sin tomar baño, y salir corriendo a buscar auxilio a la casa del Pae, me tapé nuevamente, me acomodé en la almohada ... y quedé profundamente dormido y en paz.
Esa noche supe qué había sido: quien se había manifestado era mi Santo de Cabeza, que resultó ser Oxadián, u Oxalá Moço, u Oxalá de Quarta, por el día miércoles, que le pertenece, sincretizado en el Niño Jesús de Praga.
Hubo una identificación inmediata.
Todo yo, resoné.
Al fin pude explicarme la fascisnación que, desde niño, siento hacia los caracoles de jardín, que me lleva a la alegría cuando encontro alguno, a protegerlos, en aquel entonces, del jardinero, a dejarlos caminar por mis brazos, y construirles "casitas" en los canteros.
Entendí en profundidad mi afición por los diamantes que, cuando pude, cuando tuve edad, los compraba para regalarlos y, al enterarme de eque es la Piedra de mi Orixá, los compro para mí, para usarlos, o los acepto como regalo.
Tuvo un por qué mi cabeza tan fría, y también lo tuvo mi comportamiento tan infantil, y el nunca representar la edad que realmente tengo.
Ya no era "una de las cosas raras de Jorge" el vestirme un día totalmente de negro y, al otro absolutamente de blanco, y que esos extremos muy "Courrèges", sean la base de mi guardarropas.
Eso y otras tantas cosas, incluso el problema en mis ojos.
Oxalá con Oxúm, dicen una muy poco dada combinación de Ángeles, pero bueno, la tengo, así como a Iemajá en las manos, y al Bará en los pies.
Nunca me uní a la Religión.
Pero absorví todo el Conocimiento que quisieron brindarme y, como Amor con Amor se paga, me entregué a mis Santos, y Ellos caminaron a mi lado.
No siento que deba ahondar en las experiencias que viví, maravillosas y emocionantes.
Sólo diré que mis Santos siempre me respondieron ... y con qué fuerza, ante cualquier pedido mío personal, o para alguien necesitado.
El Candomblê ,me enseñó a sentir el Mundo Espiritual a mi lado, Amigo, Camarada, nada inalcanzable ni aislado y confinado a la gloria de los altares.
También me enseñó a poner a la gente, a toda la gente, por encumbrados que sean, en el justo lugar que, como personas, les corresponde.
En una palabra: me enseñó Justicia.
Épa ô! meu Pae Oxalá dono da minha cabeça.
Ora ye ye wô! minha Mae Oxúm, dona do meu corpo.
Odô Fiabá! minha Mae Iemanjá dona das minhas maos.
Alupo! Pae Bará, dono dos meus pés.

Próxima publicación de "Mis experiencias Espirituales": El Zen.



Publicado el Martes 19 de Enero de 2010
Corregido por R.Méndez

viernes, 8 de enero de 2010

"CANDOMBLÊ: Mis Experiencias Espirituales"-


Nunca me sentí, en ningún sentido, atraído hacia las religiones afro-brasileñas, es más, las veía como asuntos de "outsiders".
Hasta la tan simple y cotidiana lectura de las cartas, me revelaba.
Entre otras cosas que no vienen al caso, rechazaba, y aún rechazo, la matanza de seres vivos, sean cuales sean, y por los motivos que sea.
Sin embargo mi menosprecio filosófico varió desde la primera noche que pasé en la hermosa Salvador de Bahía.
Había llegado a la ciudad un mes de Febrero de ... parece mentira ...¡ya hace treinta años!, sobre las diecinueve horas.
Me registré en el Hotel, ubicado en zona estratégica en la Cidade Alta, y me retiré a la habitación que sería mi hogar durante treintaicinco días.
Abrí las inmensas ventanas ... no lo podía creer: frente a mí, el inigualable cielo negro y estrellado de Salvador, el perfil de Itaparica, la bahía toda ella misteriosa y, de pronto ... comenzó a oírse, desde la calle Chile, unos cuantos pisos por debajo de mí, y totalmente a oscuras, una melodía tradicional brasileña:"Aquarela do Brasil" de Ary Barroso, ejecutada en instrumentos de cuerda, violín, chelo, violonccello, guitarra ..., por un grupo de músicos ya retirados, que, supe después, se reunían en un pequeño Club frente al hotel para, sólo para ellos, interpretar las melodías que les hacían felices.
De pronto comencé a percibir amigables movimientos en el Cielo aquel.
Lo que ví me maravilló y lo sentí como parte integrante de lo que hoy, en esta Vida, soy.
Un espectáculo maravilloso que me hizo olvidar el equipaje sobre la cama, el cansancio, los pies hinchados, y quedé allí, en la "sacada" de aquella habitación, sintiéndome involucrado con el Arcano, y recuperando una importante parte de mi identidad.
A la mañana siguiente, vencido por el cansancio del viaje y la emoción de la noche anterior, no desperté temprano como es mi costumbre, sino que sobre las 09:00, me despierta el sonido de una canción , aparentemente de moda, cantada por una mujer cuya voz e interpretación me cautivaron.
Cuando salí a mi primer paseo por Salvador, noté que al lado del hotel había una disquería.
Gracias a mi fluidéz y dominio del portugués no tuve problemas para expresarme y preguntar quién era la intérprete poseedora de aquella voz que me había hechizado ... Maria Bethânia, y la canción "Grito de Alerta".
Siempre me gustó y disfruté, el viajar sin compañía.
Aún estando en pareja.
Es que mis viajes siempre han resultado en revelaciones sobre mí mismo.
Encuentros con lugares que no sabría por qué, no me eran desconocidos y, luego me enteraba, eran sitios fundamentales del lugar.
Es difícil viajar con otro, máxime para mí que interactúo sin preconceptos, que me mimetizo con las gentes del lugar, aunque en Sud América no me ayudan ni mi piel, ni mis ojos, ni mi pelo pero, fuera de eso, soy uno más, olvido todo lo que dejo atrás.
Supongo que debo tener, también, un poco de suerte, pues las personas me aceptan, me integran, me destacan.
Les relataré una anécdota, que más parece un Koan, que leí en una historieta publicada en un Libro Zen:
"Es la hora del crepúsculo.
La Luna aún no ha salido, y dos amigos se sientan al borde de un risco desde donde se divisa todo el horizonte entre mar y Cielo, a esperar su llegada.
Amigo A- "Aún falta un poco para que aparezca la Luna llena".
Amigo B - "......................".
Amigo A - "¡Mira, allí está!".
Amigo B - "...................".
Amigo A - "¡Qué linda es!".
Amigo B - "...................."
Amigo A - "¡Observa cómo crece!".
Amigo B - "...................."
Amigo A- "¿Notas cómo se refleja en el agua del mar?".
Amigo B - "...................."
Amigo A - "¡Mira qué alto está en el Cielo, y qué redonda, y qué blanca!".
Amigo B - "...................."
Amigo A - "¡Qué buen espectáculo! ... ¿qué opinas tú?".
Amigo B - "Que no conoces nada de la Luna llena".".
Por esta razón es que prefiero viajar solo, que no por otra cosa.
Alguna vez, presionado, viajé acompañado y la experiencia no fué mala, fué desastroza.
Una de las veces por viajar con gente dependiente: "si vos no vas yo no voy", "¿otra vez vas a volver al mismo lugar?", "¿te parece... ?".
La última de esas oportunidades terminó en que me enteré del alcoholismo de la amiga que me acompañaba, apenas llegamos a destino, y a partir de allí vivió un pedo eterno.
Los descubrimientos y modificaciones y aprendizajes sobre mí, los demás , y el mundo, serían imposibles si me muevo con mi particular "ghetto" a cuestas.
Así como en el primer Carnaval que pasé en Rio de Janeiro, me quedé dormido en una Plaza pública frente a la "apoteose do Samba", de la misma forma me entregué a Salvador, y bebí su ancestro que, de alguna manera, sentí mío también.
Se abrió en mí una puerta de comprensión, que no de aceptación ni respeto, por ciertas cosas.
Fue en Salvador que de pronto, como me sucede siempre, vino a mí una decodificación de los distintos por qués, y ritos de las diferentes Religiones.
Cada noche veía danzar a los Orixás en aquel Cielo de terciopelo negro e imponente.
Cada noche se escuchaban los mismos músicos e instrumentos de cuerda.
Brillaban las estrellas, y mis pasos por la Ciudad, mi involucre con su historia y su gente, fueron preparando el camino para que, dos años más tarde, tuviera mi primera experiencia con los Santos del Candomblê.
Épa ô, meu Pae Oxalá!



Publicado el día Martes 12 de Enero de 2010.
Corregido por R.Méndez