lunes, 27 de julio de 2009

"The Sounds off My Silence"


Indio viejo, lleno de cicatrices, sobreviviente de mil batallas....yo.

Intercambiando opiniones con mi Amigo Yor, a propósito de un mensaje recibido por mí, de parte de un fanático apologético, él me decía:

- "¡Pobre pibe, si cree que lo sabe todo, ya no tiene lugar para aprender más nada!".

Y tenía razón.

Indio viejo, lleno de cicatrices, sobreviviente de mil batallas....yo, apenas en estos días he descubierto algo nuevo en mí.
Lo descubrí, con esfuerzo, de alguien nuevo en mi vida, aunque creo que viejo en mi Existencia.
- "¡Bueno, Jorge!, ¿qué es eso que dices que has descubierto?", imagino me estará preguntando mi Amiga Lore, mientras que Lily nos observaría en silencio y muy atenta a todos los detalles.
- Descubrí que no todo es la lógica y la reflexión.
Descubrí que también es necesario "sentir".
Sentir desde la emoción, desde la mismísima fuente, sin el tamiz del positivismo.
Percibo que la querida Julia descorre el cortinaje de su "ventana indiscreta", y me observa con cierta sorpresa....
Sí, lo sé, quizás para todos ustedes ese hecho está escrito en la solapa del libro.
No fue mi caso, obviamente que no.
Pero como de disímiles experiencias se compone la Humanidad, esta fue la que me tocó en suerte.
Seguramente varios de ustedes, no importa por qué vía, anduvieron los mismos rumbos.
Mi ruta pasó por la necesidad de la tempranísima maduración.
No era viable moverme con la mentalidad de un niño cuya edad cronológica era siete años.
Mi edad neurológica debió acompasar los movimientos emocionales y caracteriológicos de las personas mayores que me rodeaban, y si quería sobrevivir en ese mundo de adultos "especiales", así los califico pues enfrentaban a un chico, con toda la frustración y etcéteras de sus vidas, debía anticiparme no sólo a sus acciones, sino a sus pensamientos.
Como ya lo comenté en otra parte de este Blog, mi profesora de Historia del Arte en la Facultad de Bellas Artes, entonces Escuela Nacional de Bellas Artes, la Profesora Celina Rolleri, un día nos dijo:
- "Muchachos, ninguna experiencia en la vida, es negativa".
Fue, y sigue siendo, cierto.
Ese desarrollo impuesto por las peores circunstancias, me llevó a más tarde poder entender la mayoría de los cuestionamientos en las vidas de mis clientes.
Lo cierto es que en el camino debí endurecerme.
Cerrarme y no sentir.
No debía, no podía ser débil.
¿Y cómo lo hace alguien hipersensible como yo?.
Bloqueando...o como puede...
Sin darme cuenta fui dejando de sentir.
Llegué a considerar a los sentimientos, como cosas de gente mediopelo, cursi, ordinaria.
Reía de sufrir por amor...no lo entendía.
No entanto, quienes me rodeaban, me vieron llorar, como los mariachis de aquella ranchera.
Lloraba mi Ego herido.
En una loca dicotomía o bipolaridad, lo que vivía era bien distinto a lo que pregonaba.
Si mi vida era aséptica de sentir, admiraba a Vinícius, e instaba a los de mi entorno, amigos o clientes, al sentimiento como única forma de vivir sanamente la Vida.
¿Parece raro?.
¡Yo soy raro!.
Mi postura ante el mundo fue: "no busco nada, no quiero nada, no me interesa nada".
Educado, cortés, solícito, mi apariencia no se condecía con mi interior distante, despegado, ni con las distintas experiencias que atravesaba.
Así llevé las cosas, sin sentir necesidad de nada más que de aprender y enseñar.
Y aún así sólo en mi consulta, o ante reiteradas solicitudes.
En una clara muestra de la incoherencia de este mundo loco, nunca estuve sin acompañante.
¿Tal vez por el hecho de no interesarme estar acompañado?.
¡Vaya uno a saber!.
La misma Prof.Celina Rolleri, nos dijo:
- "...el mundo se divide mitad sádicos, mitad masoquistas, entonces, muchachos, la cuestión es encontrar al masoquista complementario".
Según parece, encontré toda mi cuotaparte.
A aquellos de ustedes, queridos Amigos Lectores, que conozcan del Calendario Maya y de su Filosofía, les comento que soy Estrella Entonada Amarilla, con el Poder Guiador del Espejo, Poderes Complementarios la Noche y el Caminante del Cielo, perteneciente a la Tribu de la Semilla.
¡Creer o reventar!.
Llegué a considerar que ciertas cosas de la Vida no estaban destinadas a mí.
Mi filosofía fue: "si en la mano estas son las cartas que me tocaron, he de jugarlas de tal manera, que me permitan ganar la partida".
Hice como tantos de ustedes quizás habrán hecho.
Y funcionó, y me sostuve.
Durante muchísimo tiempo funcionó, y me sostuve...
Un día, la Vida dijo "¡BASTA!", y hasta allí llegué.`
Imperceptible la manera en que, con pequeños detalles, se va tejiendo el insoslayable camino de nuestro existir, y el cual sólo concientizamos en la perspectiva.
En varios momentos llegué a presentir que estaba perdiendo una parte jugosa de la experiencia de vivir.
No me importó.
El ruido que me rodeaba era más intenso que el reclamo vital.
Fue la misma Vida quien se encargó.
Como experto lazador, lanzó el tiento y me apresó los pies, haciéndome caer de rodillas, exhausto y lastimado.
Sin entender lo sucedido, y totalmente fuera de mi mundo conocido.
¿Y ahora qué?.
Pagué.
Sí pagué.
Precios...y sobreprecios.
Cuestionamientos, angustias, planteos, y replanteos.
Y cada vuelta de tuerca no hacía más que devolverme hacia mi negación a sentir.
A mi vivir como espectador, analista, decantador bañado en teflón.
Nadie jamás necesitó más de mí, que lo que yo estaba dispuesto a dar.
Y si alguien tuvo la intención, no la expresó.
Y la Vida continuó, y el Puzzle comenzó a parecer coherente una vez más.
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- "Jorge, si yo te recepciono y me hace bien, ¿por qué no te entregás a mí, y me dejás entrar en vos?".
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Una vez más la Voluntad del Cosmos se impuso.
Abrió una puerta impensada, y dijo:
- "¡Por aquí!".
Un cruce imposible.
Un encuentro ídem.
Las palabras justas.
El momento exacto.
La persona indicada.
"Naturalmente", así sucedió..."naturalmente".
Pareció como que toda mi Vida hubiese sido vivida completa, sin carencias, sin bloqueos.
Aflojé.
Aflojo a cada momento.
A cada charla, a cada encuentro, a cada emoción.
María Teresa deja de acomodar unas flores, termina con el último bocado de un bombón que Alejandro le regaló, y encaramandose al tema, me mira con ojos sabios, y me pregunta:
- "¿Jorgito, tú aún crees en los pececitos de colores?".
No, Ma.Te., no creo en ellos, sé que existen.
Durante años tuve acuarios en mi casa, y cuando definitivamente me instale en algún lugar que sienta mío, los volveré a criar.
Siempre supe de la existencia de esta "cara oculta de la luna", de la Vida, sólo que llegué a convencerme que no era para mí.
La toqué y disfruté desde el intelecto.
Todo se basaba en un perfecto balance, donde no había lugar para sensaciones y emociones, ni tampoco para situaciones perdidosas.
Hoy vuelven a mí, personas y afectos del pasado.
Recuperé al Flaco desde Canadá, aunque con otro cuerpo; a Ricardo desde España; ahora llegó el turno de Graham, Luis, y mi queridísima Ma.Louisa, desde Venezuela.
El corazón vibra y late con renovadas fuerzas, y con renovados bríos.
Las presencias recuperadas llegan a este Jorge, ahora con sentimientos basados en sensaciones, en emociones.
Y tú, que crees que ya no tengo preguntas, no imaginas ni mensuras, hasta donde eres respuesta.
Es un campo nuevo para mí.
Lo camino con tobillos inseguros.
Observo, sopeso cada palabra, cada gesto, cada silencio.
Todo señales.
Señales que los humanos solemos ignorar en el eterno afán de creernos omnipotentes.
De hacer trampas al solitario e, ingenuamente, asegurar que si no vemos algo, tal cosa no es cierta, ni sucederá.
No puedo permitir ser tomado de sorpresa, ni que no cuente mi acúmulo de experiencia y recorrido.
Pero igual camino, me expongo, saboreo, siempre listo a aprender.
Indio viejo, lleno de cicatrices, sobreviviente de mil batallas...yo...aún peleo y voy por más!.
Jorginho
Publicado el miércoles 19 de Agosto de 2009.
Corregido por R.Méndez -

"Mis Experiencias Espirituales" - Quinta Parte


4 de Octubre de 2002
arias veces he conversado, y reflexionado con personas amigas, de como está acelerado el tiempo.
No sólo para nosotros, la gente grande, sino también para los más chicos, la percepción del paso del tiempo, es la misma.
-“Dime, Jesús, si el tiempo está tan acelerado, no será suficiente como para evangelizar y hacerte conocer, o hacer que los que ya te conocen, y que se han alejado, vuelvan”
-“Es que ya no es el tiempo de la evangelización, es hora del testimonio.”
-“Señor, puedes contar conmigo para lo que necesites.”
-“Está bien”

5 de Octubre de 2002
arado frente a la Imagen del Sagrado Corazón, en el Templo, como me gusta estar, mirándolo y dejándome mirar por Él, a veces en silencio, otras diciéndole cuánto lo amo, una inquietud surgió en mi mente:
-“Dime: si hay vida en otros mundos, ¿Tú fuiste a todos ellos y repetiste en cada uno Tu Sacrificio redentor?”
-“No”
-“¿Es que no merecen la Salvación, o es que no hay otros mundos habitados?”
-“Es que no hay otros mundos habitados”
La afirmación me sorprendió.
¿En toda la inmensidad y vastedad del Universo, con el inmenso Amor que Papá tiene para dar y regalar, sólo nos creó a nosotros, criaturas tan imperfectas, tan inclinadas al hedonismo, a la facilidad, al egoísmo?
La afirmación de mi Amado va en contra de todo lo que yo he creído hasta ahora.
Pero debo aceptarla y buscar otra explicación para algunos fenómenos que se han observado, y para experiencias espirituales, en el astral, que yo mismo he vivido.
“Me ocuparé de eso mañana”, como decía Scarlett O’Hara en “Lo que el Viento se Llevó”.

6 de Octubre de 2002
omo todas las noches al rezar, hoy también le recordé a Jesús que estaba dispuesto a hacer lo que Él me pidiese, con el fin de que más personas puedan llegar a conocerlo, amarlo, y sentir lo mismo que yo estoy sintiendo.
-“Sí, me ayudarás.
Pero aún no es el momento”
-“¿Y cuándo lo será?”
-“No te preocupes.
Está todo bien.
Yo te lo haré saber”
Mi ansiedad era tamaña.
Menos mal que la Santísima Virgen sí tenía una misión para mí:
-“Quiero que cada vez que hables con el Sacerdote V.H., menciones mi Nombre”
-“Sí, Señora... pero es que no sé nada de Ti, a no ser lo obvio, ¿qué le he de decir?”
-“No importa, sólo mencióname, y Yo haré el resto”

8 de Octubre de 2002
o sé cómo lo hice, pero mencioné a María como un mago que sacara conejos de la galera.
-“El Padre V.H. está teniendo un disgusto con un hermano, vé y dile que no se preocupe, que todo está bien”

10 de Octubre de 2002
añana viene mi madre a almorzar conmigo, y a ayudarme por el asunto en mis ojos.
La Virgen se mostró muy dulce esta noche.
-“Quiero que le des a tu madre un abrazo muy fuerte, y un beso como nunca le has dado”
La relación con mi madre nunca fue buena.
Hay mucha historia, pasada y presente.
Pero lo haré, y que sea la Voluntad de Dios, expresada a través de las palabras de María.

19 de Octubre de 2002
l salir de la Misa busqué encontrar al Padre V.H.
sin embargo estaba dudando de decirle algo.
Me acerqué al Sagrado Corazón y le pregunté:
-“Jesús, ¿qué hago?”
-“Vé”
Me apersoné frente él, le pedí permiso para darle un abrazo, y le dije que la Virgen lo amaba.
-“Eso espero”, me respondió.
-“No lo dudes, María te adora, si cabe el termino, te ama muchísimo”
-“A vos también”
-“A todos, pero a vos más, no lo dudes”
Esto lo dije reafirmándolo en el tono de voz, y con el gesto de señalarlo con el dedo índice.
Cuando ya me retiraba recordé que también tenía un mensaje.
Dudé, y me retiré sin entregarlo.
Esa noche le pedí perdón a la Virgen.
-“No importa, está bien, pero otra vez dí todo lo que te pida”
-“Sí, Señora.¿Quieres que haga alguna otra cosa?”
-“Cuando lo necesite, te lo pediré.
Sin embargo, tú no perteneces a mi Legión, tú le perteneces a Él”, y señaló a Jesús.
La sola idea me encantó.
Yo le pertenecía a Él, y me lo confirmó la Virgen.
-“Gracias, Dios mío”
CONTINUARÁ -

domingo, 12 de julio de 2009

"El Flaco Miguel, mi Amigo de la Adolescencia"


"Cuando un amigo se va,
Nadie nos devolverá,
Todo el corazón que le prestamos,
Tanta compartida soledad.
Un amigo nuevo no es lo mismo, Pepe,
Nos quiere por la mitad".
María Elena Walsh
(fragmento de "zamba para Pepe").


Éramos como carne y uña, a pesar de no tener los mismos amigos.
Nos conocimos en una de aquellas tardes de ensayos de Teatro.
Yo vivía en el epicentro de mi etapa narcisista y frívola, y no lo registré.
Él me eligió, decidió que seríamos amigos, y a por ello fue.
No sé cómo lo logró, pero le cayó bien a mi madre, gente difícil si las hay, y ella fue su mejor aliada y promotora.
Llegar a mi casa luego de mis distintas actividades del día, y encontrarlo compartiendo un té con ella, ya era habitual.
Primero lo ignoré...luego me fastidió...más tarde comenzamos a charlar...al final éramos casi inseparables.
Fue una época divertida, exitante, aunque no exenta de dolor.
Reíamos de casi todo, y de todos.
Apurábamos la vida a grandes sorbos, intercambiando miradas cómplices y llenas de sobreentendidos.
Éramos como dos predadores bañados de inocencia e ingenuidad, y contábamos cada noche las víctimas.
Algunas veces nos tocó perder...
Y eran las horas de confidencia y lamento, de lágrima y pena.
De pronto, inesperadamente, en medio de las endechas:
- "¡Ché!, hoy conocí......."
Y ya ni nos acordábamos del motivo de estar con las caras mojadas, y comenzábamos a prepararnos para salir y aprontar la nueva cacería.
Qué dos!.
Alguna vez a sus espaldas, monté un ejemplar de su redil.
Al tiempo, y a mis espaldas, hizo lo propio con otro de mi cabaña.
- "¡Jodete!" ......y todo quedó en paz.
Eran años livianos, con los horizontes muy lejanos.......
Era el final de la adolescencia, y el comienzo de la llena de promesas primera juventud.
- " Nene, me voy a vivir a Buenos Aires!".
Lo miré como que no entendía nada, pero no me importó, estábamos tan cerca...además yo iría cada quince días, era una forma de borrar la ausencia.
Y así lo hice.
Cada quincena, el viernes en el primer vuelo de la tarde, yo viajaba.
A veces en el comfortable Vicker; otras en el Avro, tan precario; y las mas en el YS11, mi preferido, que parecía un mosquito parado en la pista.
¡Tantas anécdotas!.
Narrarlas sería imposible, así de numerosas y de divertidas.
El personal de la Conserjería del Hotel de la Avenida Corrientes en el que yo paraba, no lograba entender cuánta gente ocupaba la habitación.
Salía yo, entrábamos los dos; no salía nadie, luego volvía a salir yo, entraba, luego.......
Un verdadero caos que nos causaba risa y al personal total confusión.
Así vivíamos, y sin embargo aún no teníamos los mismos amigos.
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Regresó a Montevideo, y la vida continuó.
Se nos unieron la flaca Delia, Carmen, y Evelynne.
"....then the busy years
came rushing by us....", tal cual lo escribió Paul Mc.Cartney.
Tuve nuevos encares, grupos, responsabilidades y, aunque no cambié mi forma de manifestarme y sentir, la brecha entre él y yo se hizo más ancha, distinta, igual que los amigos de cada uno de los dos.
Cierta tarde, y con la intención de ir al cine, en su casa nos reunimos su primo Jorge, Carlos, y yo.
Algo pasó entre el Flaco y el primo, no recuerdo qué, y decidió que no iría con nosotros.
Al volver luego de la función, lo encontramos en el mismo lugar en que lo habíamos dejado, y aparentemente dormido.
Lo llamamos, sacudimos, y no reaccionaba.
Jorge se dio cuenta: había tomado un frasco de pastillas para dormir.
Le hicimos vomitar, intentamos todo lo posible.
Contamos los rastros de pastillas que salieron de su estómago, Jorge habló con su novia, médico, y nos retiramos tranquilos.
En fin, que lo internaron.
Todas los mediodías, después de mis obligaciones, pasaba toda la tarde con él.
Resultado, una cicatriz en el vientre que bautizó "la cesárea".
Un día se casó.
Iglesia, fiesta, y noche de bodas.
- "¡Nene, me voy a vivir a Venezuela!.Estoy vendiendo todo, ¿querés algo?".
- "Flaco, ¿qué vas a hacer allá?
¿y tu mujer?".
- "Me separé. Voy a trabajar como peluquero, primero para otro, luego en mi propio negocio".
Sí, se lo creí.
Supe que lo haría, pues tenía un talento impresionante en sus manos, un gran cortador.
En ellas, mi pelo lacio se había vuelto una maraña de caracoles, sólo con el toque del corte, sin ningún artificio extra.
Supe que lo haría, y lo hizo.
E hizo otras cosas también.
Su lenguaje cambió, sus fotos cambiaron, sus intereses....
Comencé a no reconocerlo, pero su cariño hacia mí continuaba intacto y expresándose.
Cierta vez que vino de visita al País, me mostró y dijo cosas que creí "locuras del Flaco" que ya pasarían....y no supe más de él por casi quince años.
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Aquella mañana cuando sonó el teléfono, no podía pensar en lo que sucedería al atender.
- "¡Hola nene, soy el Flaco! ¿cómo andás?, llego el martes que viene, estoy viviendo en Canadá, aprontate para la sorpresa...ahora me llamo Britney!"
Quedé paralizado.
¿Otra locura del Flaco?.
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El "person to person" fue un verdadero cimbronazo.
No supe quién era, ni como tratarlo...tratarla.
Una sola cosa sí tuve en claro: este nuevo personaje me había robado a mi Amigo.
Eso sí.
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Los días pasaban lentos, y mi incomodidad iba en aumento.
Le dejé mi cama grande, y dormí en el sofá del living.
- "¡Nene! ¿qué te pasa, si dormimos juntos pilas de veces?".
- "Sí, sí....pero no...yo qué sé....antes era distinto...dejá, duermo en el sillón, no hay problema".
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Sí, evidentemente que ya no es lo mismo.....
Por más que me asegure que sigue siendo el mismo Flaco, no lo veo, no lo reconozco.
Esas sandalias de tiritas y tacos finitos a los pies de la cama, esas caderas, esas t... pechos....no, no termino de entenderlo....y encima....esa vagina.
¿Es él?...¿no es él?...¿quién es?.
Cientos de veces habíamos dormido en la misma cama, pero éramos dos tipos, ahora.....no, no siento que sea lo mismo.
Este personaje me robó a mi Amigo.
Ya no podríamos salir juntos otra vez de cacería, a ver "que es lo que hay".
Ya no sería una emoción semejante en los dos, ni comentaríamos los sucesos desde la misma plataforma.
Se quebró el cántaro del agua fresca; se quebró.
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Sin embargo un gusanito muy molesto comenzó a corroer mi interior.
¿Por qué me rebelaba de esa manera la decisión de mi amigo?
¿Sería un mecanismo de defensa; o tal vez una resistencia a enfrentarme a algo que anidase también dentro mío?
¿Sería egoísmo, pacatería, prejuicio?
Me parecía tan divertido disfrazarse de mujer, tan ridículo, y lo hice en varias oportunidades, en el Teatro, y fuera de él.
Nunca, sin embargo, perdí la noción de quién soy, ni de como siento, ni nunca me interesó haber sido mujer.
Me zambullí en mis profundidades.
Analicé.
Elaboré.
Decidido a ver y aceptar lo que encontrase.
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Una tarde del año 2001, quiso la Vida que, inesperadamente, me encontrara con Evelynne, que por él yo la había conocido.
Fue una charla a las apuradas.
El tema derivó hacia el amigo en común.
Cuando le conté lo que me pasaba ella, siempre tan sensata, opinó:
- "Lo mejor es que le digas lo que te está pasando".
Tal vez....pero no lo hice.
Elaboré mi duelo.
Me sentí bien por mi Amigo que había hecho lo que sintió era su felicidad, y borré toda la memoria.
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Hace unos días recibo un mensaje desde FaceBook:
"Britney te invita a ser su amigo, y te envía el siguiente mensaje:
"Nene, qué alegría encontrarte...decime sis sos vos....ya no sabía por donde buscarte.....nadie sabe nada de vos.
Te quiero tanto.
Britney".
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Digo yo: por algo la Vida nos vuelve a cruzar en este momento de mi realidad.
Siempre por algo las cosas suceden en el momento que suceden.
Me ha enviado cantidad de fotos.
Algunas me duelen.
Pero al menos puedo hablar con él, y de él.
Aún, sin embargo, no logro pronunciar su nuevo nombre, ni los pronombres y artículos que ahora le corresponden.
Para mí, para mi estabilidad, la Vida entiende que es conveniente esta reaparición.
Y seguramente lo es, sólo que no termino de entender el por y para qué.
Pienso en todo lo que estoy tratando de sobrellevar....
¡Qué falta me haría hoy el Flaco!
Y tal vez también yo le haga falta a el.
De sólo escribirlo se me caen lágrimas.....y se me tapa la nariz....malgreé nez!.
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Lejos...muy lejos...lejísimo, Britney continúa con la vida que eligió.
También yo he cambiado....he vivido.
Ella busca en mí al que fui, e inconcientemente, también al que ella fue.
Ciertamente que una parte de los dos aún sobrevive intacta.
...al menos así lo sé en mí...
Sin embargo, siento que estamos en dos veredas diferentes, y no encuentro puentes, ni siquiera de cuerdas.
Me sirvo una humeante taza de té negro.
Agrego un leño más al hogar.
Afuera, más allá de la terraza, el frío, el viento, y la lluvia, diez pisos más abajo, el mar, como siempre, me facilita el entendimiento.
El Flaco, ya no volverá.
El Flaco Miguel ya no reaparecerá.
El Flaco Miguel, Mi Amigo de la adolescencia, ya no está más.
...y cuánto lo quiero.
...y cuánto lo extraño.
Jorginho
Dedicado al Único Amigo que tuve en la Vida.
Publicado el miércoles 05 de Agosto de 2009 -
Corregido por R.Méndez -

"Mis Experiencias Espirituales" Cuarta Parte

1º de Octubre del 2002

ace un tiempo que no hablo con mi amiga C.
Hoy decidí llamarla, y saber como andan las cosas.
Esta noche, al rezar, Jesús no apareció para hablar conmigo.
Lo llamé varias veces. De pronto ví su rostro, estaba realmente triste.
-“Hola, ¿qué te pasa?”
No me respondió, y se retiró.
Quedé muy preocupado.
Por más que repasé los hechos de mi día, no encontré nada que pudiera haberle afectado de tal manera.
Hoy me había portado realmente bien.
Al hablar con su Madre, la Virgen, pedí:
-“Señora, por favor, no sé qué le pasa a tu Hijo. No quiere hablar conmigo.
Por favor, dile que me hable, que me diga qué pasó”
Durante el rezo del Rosario, de pronto, Él se hizo presente.
Ví su corazón en medio de su pecho, atravesado no sé si por cuchillos o espinas.
Me miró fijamente.
Tocó uno de los elementos que le herían el Corazón, y me reprochó:
-“Ese tipo de comentario me hacen doler aquí”
de pronto recordé.
Hablando con mi amiga, deslicé un comentario gratuito, tonto, innecesario, sobre alguien que ambos conocemos.
Entendí el por qué de su dolor. Yo no estaba siendo leal con alguien que me demostraba, más allá de ciertas reservas, solidaridad y amistad.
Jesús me demostró que es importante, y que Él valora que seamos fieles a quienes nos entregan buenos sentimientos.
Que no traicionemos la confianza que esas personas depositan en nosotros.
Y menos aún, que lo hagamos solamente por llenar un rato de conversación, por más baladíes que encontremos nuestros dichos.
Nuestro Padre Eterno es un Padre justo, leal, fiel, y lo ha demostrado con creces, hasta entregó a su propio Hijo para nuestro bien.
Lógico es que valore esas cualidades, y tiene autoridad para exigirlas, pues Él las ejerció primero.
Nada de lo que Él nos pide ha dejado de hacerlo primero.
¿Qué mérito tendría un Dios que sólo pudiera ser bueno, justo, misericordioso?
El relato que en las Escrituras se hace de la caída de Satanás, es muy claro para el que sepa leer, que no sea miedoso, y tenga una mente abierta e inquisidora, con HAMBRE de conocimiento.
Es cierto que las Jerarquías han montado un tramado altamente perverso para tratar de cercenar la posibilidad de conocimiento.
Aún hoy he escuchado que, quien cuestione algo que esté escrito en la Biblia, está llamando a Dios, mentiroso.
Papá no es fundamentalista, Él pedirá a cada uno, de acuerdo a lo que le fue otorgado, y a quien le ha otorgado entendimiento claro, ¿qué le dirá cuando constate que no lo ha usado?
¿Y qué dirá a quienes sofocaron las ansias de saber en el otro, apelando al temor, a atemorizar a los cautos, ingenuos, inocentes?
Saber no es malo, investigar, tampoco.
Pero debemos dejarnos guiar por Él, o por su Hijo, nuestro Amado Jesús.
Papá es el único dueño de la Verdad, Él mismo es la Verdad.
Desde siempre se nos ha convencido de que necesitamos interlocutores para hablar con nuestro Padre Eterno.
No son necesarios, Él nos habla a cada uno, en el lenguaje que comprendemos, y bajo la reforma a la que estamos condicionados a recibirlo.
¿Quién se atreve a cercenar el poder infinito de Dios?
¿Quién osa poner límites a su Voluntad, encausándola por carriles que Él no necesita, pues Él es el Camino, todos los Caminos?
Siempre deberíamos tener un diálogo abierto y franco con Papá.
Pedirle siempre Luz, sin entregar el Poder que sólo a Él le pertenece, a ningún otro ser, y menos, criatura.
Todos somos capaces
Sólo es cuestión de intentar.
Jorginho

sábado, 4 de julio de 2009

"El Zoo de Cristal"


" Germán parecía tan fuerte, tan entero....", se lamenta Celia, mirando a su hermano.
Sí, lo parecía, pero ahora se siente destrozado, y da rienda suelta a su estado de ánimo y sentimientos.
También Celia, aunque lo disimule, está doblemente afectada.
Todo en sus vidas parecía tan sólido, tan estable, tan permanente...
Lo mismo que en nuestras propias vidas, querido Lector.
Desde niños hemos buscado la seguridad en todos los ámbitos, en todos.
Nuestra Madre sería eterna, nuestros Padres se amarían siempre, la casa familiar jamás sería vendida, la Abuela prepararía a diario aquellas perfumadas tortas, jamás perderíamos el pelo, la belleza, la juventud.
Aquellas seguridades nos brindaban fortaleza.
No queríamos saber de la fragilidad que somos, y que nos rodea.
Y la Vida, implacable, echó a andar.
¿Qué fue primero?, ¿una separación, una muerte, un adiós?.
Lo que sea que haya sido, comenzó a roer los cimientos de nuestra ciudadela.
Algo comienza a tambalear, y nuestras defenzas actúan.
Los niños, con comportamientos regresivos; los adolescentes encerrándose en sí mismos, o exacerbando su rebeldía.
Los más mayores se refugian en sus trabajos, sus familias, sus hijos.
Los ancianos avizoran un triste destino, y se abroquelan en el recuerdo de épocas pasadas, edulcoradas e idealizadas por el empañe y desdibuje lógicos del paso del tiempo.
Pareciera que nadie quiere enfrentar la realidad.
Todo nuestro mundo, nosotros mismos, vivimos, y somos, un zoo de cristal.
Tan frágiles las personas, las relaciones, los sistemas, los compromisos, los sentimientos.
No es viable, aunque ejemplos sobran, pedirle a niños o adolescentes un encare más saludable (maduro, positivo, solidario) del suceso en cuestión.
Mas nosotros, los que estamos en la edad de la plenitud, los que aún estamos en carrera y educando, dando ejemplo, y sembrando el Nuevo Mundo, o la Nueva Era, ¿qué hemos hecho?, ¿qué hacemos?, ¿qué actitudes hemos adoptado y trasmitido como correctas?.
Para serte absolutamente sincero, Amigo Lector, detesto la palabra "corrección" y toda su desinencia.
Lamentablemente, es la que más se adecua a mi planteo.
Desgraciadamente dejamos perder la inmejorable oportunidad que nos da la Vida de madurar nuestro entendimiento, y optamos por lo mas fácil: la negación y el escapismo.
¿Excusas?, miles, millones, y todas aparentemente sensatas a los ojos de otros que como nosotros, tampoco deciden enfrentar el sufrimiento, el dolor, y la soledad.
Y es así que continúa el terrible entrecruzamiento de complicidades encadenantes, y la Humanidad toda desciende otro peldaño en el embrutecimiento de sus reales valores y posibilidades.
Escuelas que nos enseñan a escapar del dolor, con propuestas de meditaciones o ejercicios que sí, son positivos, pero que no permiten que aprendamos nada del Mundo maravilloso en el que estamos, ni de nosotros mismos, ni de los demás.
Filosofías que tras la máscara del desprendimiento, nos llevan al peor de los egoísmos: el de pensar que no somos parte de un todo armónico, sino piezas aisladas, ascendiendo por el camino de la mayor espiritualidad, mientras, en realidad, desconocemos al Hermano que nos necesita, y del que podríamos aprender mucho sobre nuestra propia fragilidad y dependencia del otro.
Creo que enfrentar el dolor, cualquiera que este sea, es la mejor manera de vencerlo.
Duelen sucesos ajenos, y más los propios.
Sepámoslo y tornémonos cada vez más sabios.
Aceptemos que la soledad es la única realidad del Ser Humano, y estaremos cada día menos solos.
Miremos nuestra Vida: nacemos solos, sólo después alguien nos ayuda; crecemos solos, en el sentido de que es nuestro organismo el que sufre las transformaciones, y estas no son compartidas con otros organismos.
Cuando vamos a dormir, nos dormimos solos, y aunque lo hagamos acompañados, casi siempre uno de los dos queda despierto un rato más.
Soñamos solos, no se unen dos cerebros para soñar lo mismo, ni al mismo tiempo.
Nos enamoramos, enfermamos, sanamos, aunque lo hagamos en compañía, lo hacemos solos.
Y al morir, tal cual al nacer, morimos solos.
¿Por qué negarlo, no verlo?.
¿Que se sufre?...¡Claro!...¡OBVIO!!!.
¿Creíamos que eramos todopoderosos porque dabamos vuelta la cabeza y rezabamos el OM?.
¿O porque ostentabamos en nuestras manos algún Libro de los considerados Sagrados, y lo sabemos de memoria; o porque tenemos varias y piadosísimas devociones, pero sólo con el acicate de obtener algún beneficio personal en esta, u otra Vida?.
Se me ocurre que el mejor camino es hacerse amigo del dolor, del disgusto, del sufrimiento, en fin , de nuestra fragilidad.
Dejar que nuestras vanas ilusiones se hagan trizas, añicos, jirones...o lo que sea, pero que nos dejen en paz.
Impregnarnos de sensibilidad, aunque nos llamen débiles; empaparnos de solidaridad, aunque alguno se aproveche de nosotros.
Generemos buena energía, que ya hay harta tan pesada y obscura.
¡Pucha que somos frágiles!....y tontos.
Tenemos la capacidad y el entendimiento más que necesarios para hacer de nuestra debilidad nuestra fortaleza, y lo desconocemos, y lo dejamos escapar.
Hace mucho tiempo que llegué a la conclusión de que esta Vida, este Mundo, son sólo para elegidos.
Sólo para quienes son, y se sienten, protagonistas de sus propias realidades.
Si lo miramos con objetividad, todos somos protagonistas.
Sin embargo, la inmensa mayoría resigna su papel en manos de la más, políticamente correcta, victimización que, a estas alturas, no creo haya nadie que la crea.
Pero, como de cómplices y complicidades estamos hablando, todos hacemos como si, y la Humanidad sigue su camino descendente.
Cierta vez, en uno de esos fines de semana dedicados a ejercicios de comprensión, nuestro Guía nos invitó a un paseo desde la Mansión de la Luz Dorada, nuestro Centro, hasta el lago que está colina abajo.
Todos corrimos llenos de risa y energía, bañados por el sol, y animados por la frescura de la mañana.
Nos detuvimos, respiramos el perfume de la hierba y los árboles circundates del lago, y al medidía fuimos instados a volver al Centro.
Fue realmente penoso.
Dolían las rodillas, los músculos, el sudor nos empapaba la espalda, la frente, los brazos.
Parecía que no llegaríamos nunca.
El descenso había sido tan rápido y placentero...
allá arriba nos esperaban las duchas relajantes, la ropa limpia y perfumada, una comida exquisita, pero varios se sentaron en la ladera, a descansar del esfuerzo.
Primero fueron unos pocos.
Otros los imitaron.
Luego sólo unos tres o cuatro seguíamos ascendiendo.
Al llegar la caída de la tarde, los demorados comenzaron a entrar a la Mansión.
Sin embargo, si bien fueron recibidos igual a nosotros, con abrazos y sonrisas, hubo algo diferente: a los cuatro que habíamos llegado sin interrupciones, nos habían obsequiado con una enorme , fresca, y jugosa pera, y una mirada especial de entendimiento y reconocimiento de nuestro Guía.
Los otros no.
Entonces lo entendí.
Muchos habíamos sido llamados.
Pocos habíamos sido elegidos.
Y aún así quizás, no todos los elegidos lo habríamos comprendido.
Igual que con la Vida.
No éramos ni más fuertes, ni nos dolían menos los pies o las rodillas.
Simplemente esas condiciones no fueron utilizadas en nuestra contra, sino que, la voluntad pudo más, y en vez de ser nuestro freno, fueron el combustible para llegar a la meta.
Nuestra fragilidad se había transformado en nuestra fuerza.
Nos es imprescindible enfrentar la realidad: desde que nacemos debemos elaborar lutos y duelos.
Por el mundo perdido, el vientre de nuestra madre, tan cálido y cómodo, hasta el luto y duelo finales, abandonar todo lo querido, conocido, y cercano.
Es así, lo querramos o no.
Dejemos de desperdiciar el maravilloso tiempo que se nos regala para vivir, y aprovechémoslo viviendo... viviéndolo.
Siempre, nos gusten o no, las cosas son como son.
¡Por suerte!
Jorginho
Publicado el día miércoles 29 de Julio de 2009
Corregido por R.Méndez

"Mis Experiencias Espirituales" Tercera Parte -


13 de Setiembre del 2002
stoy totalmente desilusionado de las relaciones afectivas de hoy día.
Nadie quiere comprometerse con nada, ni con nadie. Sólo se busca el placer efímero, y variopinto.
No me atrae la promiscuidad, no que nunca la haya practicado, pero no he encontrado ninguna respuesta en ella.
No he disfrutado ninguno de los encuentros que tuve dentro de esa modalidad del sexo.
Acumulé frustración tras frustración, intentando amar a quien sólo buscaba el placer que mi cuerpo podía darle.
Imaginando que nacería en el otro, unas ganas de continuar viéndonos, y echando bases a una relación estable, sana, y plena.
Cuando ví caer la última esperanza que guardaba, decidí entregarle a Dios mi sexualidad.
Prometí abstinencia total, y prometo cumplir.
Sé que no es el mejor estado emocional para hacer un ofrecimiento de este tipo, pero es que estoy cansado, harto, seguro de que no me va a costar esfuerzo.

14 de Setiembre del 2002
ecidí que iría a confesarme a la Iglesia del Cordón.
Averigüé el horario de las Misas y, suponiendo que antes de ellas estarían habilitados los confesionarios, hacia allá me fui.
Hacía treinta y seis años que me había alejado de la vida religiosa católica.
Sin embargo, siempre estuve envuelto en el estudio y la práctica de distintas disciplinas espirituales, religiosas, y filosóficas.
Así, pasé por la Metafísica, por la filosofía Maya, por el Candomblé, por el Budismo Zen, por la Macrobiótica, por la misión Rama, por la Numerología, por el estudio de I Ching, por las prácticas de la instrospección, los viajes astrales, las visualizaciones creativas, etc, etc, etc. Fue un camino muy rico, y por ende, me enriqueció.
Soy conciente de que no todos los que recorren la misma ruta obtienen los mismos resultados.
Gracias a Dios tuve la oportunidad de capitalizar las experiencias.
Quizás, pienso hoy, ya haya nacido con cierta predestinación, pues tengo recuerdos de mi infancia, y de preadolescencia, que son pésimos, los cuales, en vez de enviarme directo a la promiscuidad, los vicios, o el rencor destructivo, hicieron que fuera más sensible a conocerme, a identificar los resortes internos de mis reacciones, y luego de conocerme, tener clara la realidad de los otros.
Contrariamente a lo que pudiera pensarse, esta posibilidad no me facilitó las cosas, sino que más bien me las complicó.
En parte porque no supe manejarla, en parte porque el mundo no está preparado para recibir a los que son algo diferentes, dándoles la oportunidad de escucharlos antes de descartarlos.
Pero es comprensible.
Es difícil lidiar con alguien que, de alguna manera, con actos, palabras, miradas, aunque tal vez no intencionadas, nos esté revelando nuestras fallas o carencias.
Al entrar al Templo, casi recé porque no hubiera ningún Confesor.
Lo había.
Pedí que ya no existiera la costumbre de confesarse cara a cara con el Sacerdote...
Peor, era la única posibilidad que existía, y encima el Cura estaba iluminado por una lámpara impiadosa.
Tuve la intención de irme, pero luchando conmigo mismo, esperé mi turno.
Elaboré un discurso que entendí lógico.
Después de treinta y seis años...bueno, lo único que yo no había hecho era matar y blasfemar...lo demás...
Al Sacerdote sólo pareció importarle con quién yo me había acostado, cuántas veces, y en qué proporción de acompañantes.
Bueno, si ese era su tema, que Dios lo ilumine.
Por otra parte me insistía en saber si yo estaba arrepentido de lo que había hecho.
Le respondí que no, que arrepentido no estaba, que lo que hice lo hice porque era lo lógico en el mundo en el que había vivido, que nunca había tenido la intención aviesa de perjudicar a nadie, que siempre había dado algo a cambio de lo que había recibido, y lo que sí sentía era que, a la luz de la filosofía de la religión católica, esas cosas no quería hacerlas otra vez.
Ese día, tranquilo, comulgué por primera vez después de tantos años.
Sin embargo, cuando iba camino al Altar, tropecé con unos escalones, y caí de una manera muy rara, como si me hubiesen empujado.
Es cierto que está el asunto del derrame que se me hizo en los ojos por el abuso con la computadora y con mala iluminación, pero igual fue muy extraño, tanto, que hasta dudé de haber hecho
una buena confesión, y que tal caída fuese un aviso de que no podía comulgar.
Volví al Confesor.
Revisé algunas cosas. Me dijo que me había comprendido perfectamente, lo cual me tranquilizó.

1º de Octubre del 2002
ace un tiempo que no hablo con mi amiga C.
Hoy decidí llamarla, y saber como andan las cosas.
Esta noche, al rezar, Jesús no apareció para hablar conmigo.
Lo llamé varias veces. De pronto ví su rostro, estaba realmente triste.
-“Hola, ¿qué te pasa?”
No me respondió, y se retiró.
Quedé muy preocupado.
Por más que repasé los hechos de mi día, no encontré nada que pudiera haberle afectado de tal manera.
Hoy me había portado realmente bien.
Al hablar con su Madre, la Virgen, pedí:
-“Señora, por favor, no sé qué le pasa a tu Hijo. No quiere hablar conmigo.
Por favor, dile que me hable, que me diga qué pasó”
Durante el rezo del Rosario, de pronto, Él se hizo presente.
CONTINUARÁ...
Jorginho.....