domingo, 7 de junio de 2009

"Mentiras Verdaderas - Verdades Mentirosas"


EW YORK CITY es fantástica.
Fantástica porque contiene en ella la Verdad y la Fantasía.
Y porque a quien sepa y quiera observarla, se las enseña.
No tengo idea de cuantos entre ustedes sepan que el Central Park no es real.
Sí, no lo es, es una construcción paisajística debida a la mano y al ingenio humano.La isla Manhattan es una gran roca emergente del océano, y sobre ella no existía la más mínima brizna de hierba.
Cuando nace la Ciudad, se determina un predio rectangular, de ángulos y lados totalmente rectos, con el fin de diseñar allí un parque que sirviera de solaz de los habitantes de aquella.
Es así que hoy recorremos senderos sinuosos asi pensados para que olvidemos la dureza del perímetro.
Disfrutamos de lagos con cascadas que son operadas por un complejo sistema de bombas y drenajes.
Para Protección de la fauna que allí habita, el descongelamiento de las aguas es controlado por una serie de termostatos, logrando así que se asegure cierta regularidad en el ciclo de congelamiento y deshielo.
Fueron plantados los árboles que simulan bosques, donde viven las ardillas, las palomas y ratones.
Se crearon desniveles, arenales, puentes, todo un parque de diversiones que, si lo olvidamos, llegamos a creer que es la realidad.
Si, como ya dije en otras oportunidades, miramos lo que nos circunda desde distintos ángulos de conciencia, bien claro aparece que New York nos invita a disfrutarla, y también a no confundirnos con lo que nos ofrece.
New York nos dice: "Disfrútame, pero recuerda que no soy real".
Toda, y todo en New York City, es un gran parque de juegos.
El problema comienza cuando algunos, la mayoría, toman en serio lo que sólo debería ser llevado a cabo de una manera divertida.
Y así pasó con la economía, y de allí la crisis actual que arrastra a todo el mundo tras de sí.
Basados en reglas harto artificiales, las grandes Empresas y Bancos hincharon precios de la oferta, incitados por la gran demanda de consumo.
Nadie se percató de que la realidad es bien distinta.
No se trata de consumirse tratando de adquirir por el solo hecho de la adquisición, sino de adquirir por el disfrute, comodidad, y bienestar que el bien en cuestion nos pueda asegurar o brindar.
Mr.Donald Trump entendió el juego.
Siempre repite que para él hacer negocios es su diversión.
¿Por qué no entienden lo mismo los habitantes de la City?.
Conocimos tantas personas dedicadas a generar dinero para solventar gastos que nunca parecían terminar de pagar.
Corrían de un lado a otro, en una carrera sin sentido, sin respiro, sin aparente final feliz.
Personas que vertiginosamente se movían por la 5a.Avenida, Broadway, Madison, la 8a, teléfono en el oído, sin tiempo ni voluntad para mirar, observar, ni deleitarse con todo lo que allí se ofrece.
Y no hablo sólo de mercaderías.
Me refiero a personas, a idiomas, a situaciones, a edificios que aunque se vean todos los días, de tan magníficos, siempre muestran un ángulo, detalle, nuevo que reconocer.
Los ascensores del Empire State nos dicen también de la realidad y la fantasía.
Lujosos, aparentan revestirse de mármol, cuando en realidad es una superficie plástica la que cubre sus paredes.
El salón que nos recibió vestido de terciopelo rojo, al otro día era irreconocible.
Habiasele retirado el maquillaje, y las viejas, grises, y nada acojedoras paredes se mostraban prontas para una nueva máscara.
Nuevos, fastuosos, y monumentales edificios se levantan sin cimientos, sostenidos sobre el terreno sólo por su propio y enorme peso.
La City es maravillosa.
Nos invita a jugar, y nos muestra lo que nos sucederá si creemos que el juego propuesto es la realidad.
Miles de homeless deambulan por las soberbias calles.
Miles de carritos ofrecen comidas al paso a personas de ínfimos recursos que corren continuamente en sus abores diarias.
Gentes que pudiendo vivir muy bien con lo que tienen, generan úlceras, problemas intestinales, cometen suicidio, consumen tanta droga, todo por una loca carrera por alcanzar lo que no es fundamental para la vida, lo superficial y que, cuando se alcanza, no sólo no nos da la felicidad y el contento, sino que nos muestra que hay más para alcanzar, y que otros ya lo tienen.
Es el juego.
¿Por qué no divertirnos como lo hacíamos cuando jugábamos al Ludo, las Damas o la Conga?.
New York no lo oculta; nos lo muestra...y demuestra.
Los seres humanos estamos tan fuera de nuestro eje, que no alcanzamos a darnos cuenta de lo evidente.
Las responsabilidades de nuestros fracasos no es de la City, son sólo nuestras.
Pero como estamos acostumbrados y educados para huir de las mismas, culpamos de nuestras miserias a los distintos sistemas económicos y filosóficos que la humanidad se ofrece a sí misma.
Somos los artífices de nuestros propios engaños.
Ya sea económicos, afectivos o personales.
Todo en la Vida es oferta y demanda, como ya lo expuse en ¡Ay, cómo me duele quererte como te quiero!, aunque nos duela, y no querramos reconocerlo.
Manhattan revela, nos revela, nuestra propia estupidez, y cada tanto nos sacude con la caída de alguno de los castillos de naipes que hemos construído.
¡Y que tontería la nuestra! recomenzamos el juego siguiendo los mismos pasos y parámetros equivocados de anteriormente, y que nos llevaron al tan nefasto resultado.
Casi casi llego a pensar que como individuos ostentamos el mismo comportamiento que como masa.
La masa tiene un comportamiento regresivo, ya lo sabemos, triste es comprobar que también lo tenemos como individualidades.
Desde aquí hago un llamado a la conciencia adormecida.
Al poder analítico y lógico de nuestro Ser Superior.
Divirtámonos viviendo y aprendiendo.
Disfrutemos del Planeta, del Otro, de lo que el Todo nos ofrece cual en el Jardín del Edén y que, por nuestra inveterada ambición, volvemos a perder.
Seamos, no intentemos ser.
Jorginho

Publicado el miércoles 17 de Junio de 2009
Corregido por R.Méndez

4 comentarios:

Unknown dijo...

Me encanta tu forma de escribir, profunda, muchas veces demasiado irónica y punzante... es cierto Jorginho... nos inventamos realidades virtuales, para escapar de nuestras realidades reales... pero al final, como siempre digo, alguien nos pasa el espejito... y nos damos cuenta de como somos, en qué fallamos, como vivimos y en que estado estamos...

Realidades virtuales, no... vivir la vida al máximo, aceptando nuestras falencias, nuestros límites, y sabiendo que como seres humanos somos limitados, pero hay algo divino dentro de nosotros que nos puede llevar a alcanzar las estrellas eso si...

Odio New York... y todo lo que está pegado a él, y sus fronteras, porque no es más que una big lie... y la gente corre como las mariposas corren a la llama, sin darse cuenta que pierden su identidad, su dignidad... su esencia...

un beso esta noche

Jorge R. Etchepare Mac Eachen dijo...

No, Lore, no!!
Hola, ¿cómo estás?
¿Odias los automóbiles?
Ellos no provocan los accidentes, lo provoca el estúpido que lo conduce de manera nada inteligente.
¿Odias el Ron, el Daiquiri, o la Piña Colada?
Ellos no provocan borracheras, el imbécil que abusa del alcohol, sí.
Al César lo que es ddel César, y a New York lo que es de New York.
Respeto tu opinión, más allá de que crea que tu energía no está directamente dirigida a solucionar el problema, pero, amo esa Ciudad.
Me encanta caminar por Madison, por Park Avenue, el día de mi cumpleaños 2009, lo pasé en el Central Park, y luego almorzamos en un local de Brooadway.
Me encanta todo lo que ofrece, y me gusta saber que, aunque yo no lo pueda hacer, hay quien se viste de pies a cabeza en esas maravillosas tiendas, adquirir el mobiliario de su casa en negocios exclusivísimos, y me conformo con hacer mis compras en boutiques máas económicas de la 5a.Avenida o Broadway.
Y disfruto, y ni me ocupo de los que corren para tener dinero, y dejan la vida para oobtener el dinero para comprarse el mismo buzo en Madison.
El problema, Lore, no es ell cuchillo, sino quien lo usa para matar.
El problema no es internet, es quien la usa para satisfacer sus más bajos instintos, o mentir, oo piratear números de tarjetas de cr´wedito, o tanta parafilia que anda suelta.
No intento convencerte de nada, tu postura y la mía hacen parte a lo que es este mundo, más allá de que yo crea que debemos hacer de él algo bien mejor.
Me encantó que hicieras referencia a mi ironía, sí, me gusta deslizarla, y eres la pprimera persona que la menciona.
Te mando un besote diurno.
Jorge

YOR dijo...

Es cierto el espejismo en el que nacemos, crecemos, nos reproducimos (o no) y morimos…
Jorge, he visto, he experimentado, despertarse duele; por eso la mayoría prefiere “pasar” de ello.
Duele, pero vale la pena, una vez despiertos no queremos volver a dormir nunca más, el problema es que para el dormido no hay acceso a la realidad del despierto, por más linda que este se la pinte… no la comprende. Y si se despierta, algún día, será sólo porque así lo quiso, no porque alguien le haya dicho que lo hiciera.
Mientras, te quedas despierto ante tanto dormido y sonámbulo, y si no te cuidas, revives el dolor del que recién se estaba despertando, pensando “tanto tiempo he estado perdiendo hasta ahora”…

Jorge R. Etchepare Mac Eachen dijo...

Hola Yoryi-
Tienes razón, sé que es así, pero no puedo quedarme quieto .
Tal vez, ¿quién te dice?, logre sacudir alguna conciencia dormida...sería maravilloso ¿no?.
jorgye